miércoles, 20 de octubre de 2010

Mirador

Aún puedo sentir el viento que se agolpa en mis cabellos, los menean locamente por mi rostro hasta picarme los ojos.
Desde aquí se ve todo,puedo ver las torres y antenas en los edificios, puedo verte a ti como hace mucho no lo hacía, la claridad y la luz en éste, mi espacio, me deja al pendiente de tu rostro fascinante. Te has movido, y el momento sólo duró un instante, sólo como para guardarlo en la fotografía eterna de la memoria, luego de esto volverás a ser frágil y mortal como siempre lo fuiste.
Todo desde aquí luce pequeño y a la vez inmenso, la profundidad de un todo me absorbe mas no a mi curiosidad, es entonces cuando las preguntas rompen a borbotones desde mis dedos llenándote los ojos de palabras irreconocibles.
Disfruto hasta lo más hundido de mi ser para estallar con ésta, la más banal de mis vivencias.
Luego bajamos y yo dejo de explayar los sentidos y vuelvo a ser la niña, mientras tú regresas al papel de aquel que se desocupa de mi, que se le olvida que aún estoy confundida.









Por: KJV
Foto de: Ricardo Toriz

viernes, 15 de octubre de 2010

Hoy

Sí, hoy te vi, y como siempre: la risa, la música, la voz y tu pelo, la risa, la música, la voz, la risa, la música, la risa, risa, tu risa.....

Ya no me quejo, no como antes cuando tu presencia lograba que gritara furiosa, aunque muy por mis adentros (donde nadie pasaba, ni tú que tenias tantos y tantos privilegios).

Irónicamente, me enfurecías pero no dejaba que anduvieras muy lejos, no por laderas distintas a las mías. Aumentabas mi histeria, dominabas mi descontrol.

Pero hoy no, hoy te tenía tan cerca que era incomodo, que casi podía escuchar la música proveniente de tus oídos, tan cerca que podía notar que al hablar nuestros labios estaban rozando, te aborrecí tanto.

Pero hoy no, dejé que te acercaras, que invadieras ese espacio que se supone sólo era para mi deleite personal.

Hoy, te tuve así de cerca...


 Te aprovechaste, te dejé entrar y abusaste, no dije nada,  te dejé tomar de mí, te dejé manipularme, me quedé como espectadora mientras te encargabas de besar todo mi rostro: impulsivo, violento, loco y frenético, y a pesar de todo no me lastimaste y fuiste el encargado de hacerme sentir frágil.

Por: KJV