Hoy traigo ese vestido negro
que me pone impropia, aún debe guardar el sudor de tu frente, aún huele a
cuartos blancos, de dimensiones indefinidas. Aún me tapa la cara si
llego a sentir vergüenza ante ti.
Me arreglé el cabello esperando a que llames y conciertes una cita
conmigo para hablar de cosas importantes (de proyectos eternos/ imágenes
irrepetibles/ talentos ajenos), reírnos mientras leemos en voz alta para luego
perder la cabeza. Cerrarnos en el olor de los cuerpos perfumados, de tu espalda
que sabe a un dulce enorme, enredarnos en el sillón, frente a las ventanas sin
cortinas, mientras llueve recio como nosotros.
Pensando en verte, hoy usé
un labial a juego, para estar con gente que conocemos y charlar con ellos,
beber un poco y ponerme inquieta, para que te acerques despacio sin decirme
nada y me lleves por un cigarro, bailes conmigo o del otro lado del
salón.Quiero que me contemples, que veas cómo se me acercan y reímos todos alto
y grotesco, que te comas la complicidad con un sorbito de cerveza. Cuando nos
vallamos con la música en las orejas, las manos que aún se mueven con sonidos
suaves, con ritmos concretos y redondos.
Traigo las medias de punto
ansiosa de encontrarte, y hagas de mí lo que sea prudente.
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